11/12/13

El chico del cigarro en mano...


Atención: Este texto ha sido escrito mientras sonaba esta canción (pincha).
Es recomendable que no deje de ponerla mientras lee el fragmento, para así augmentar el efecto de la narración, Gracias.

Dicen que fumar mata. Pocos saben lo que realmente significa. Aquellos que critican, que abren la boca solo para hacerlo, ellos, ellos sí que mataban. Así que sí, en honor a esto, le dio una calada más.

Pero lo que de verdad le ahogaba, lo que de verdad estaba ahí, no eran las penas, ni tan siquiera los miles de problemas que llevaba. Era ella, era ella lo que realmente le dolía.
Que una vez más, su recuerdo había vuelto a su cabeza para apoderarse de ella, y dolía, dolía ese recuerdo más que cualquier otra cosa. Ellos eran cada uno muy a su manera, pero no tenían problemas, o al menos, eso creían.
Y ahora la vida, les había demostrado que a pesar de que el camino empezó junto, llegó un punto en el que tuvo que resquebrajarse. 
La vida, que demostraba lo dura que era a cada momento, un día cualquiera, después de mucho tiempo, decidió devolverle el recuerdo, el recuerdo de lo que ella era. Y no podía, no podía dejar de autodestruirse, dejar que lo que tenía que ser, fuera. Porque sus vidas, permanecen, y permanecerán siempre separadas. Una calada más. Que el tiempo que tardó en olvidar tan solo fue un segundo que tardó en recordar. Y que desde entonces, no puede dejar de fumar. Que era invierno. Invierno para él y verano para ella. Que él estaba despierto mientras ella dormía, y ella se despertaba cuando él se iba a acostar. Una calada más. Como si el humo de aquel cigarro fuera a unir el agua que había de por medio, como si eso fuera a hacer que todo se calmara. 
Desde que su recuerdo llegó, no había conseguido estar bien del todo, le costaba sonreír, le pesaba el andar, pero como siempre tuvo el cigarillo en la mano, tampoco preocupaba mucho. 
Ella, que le hacía feliz cada viernes por la tarde, que le daba el impulso de todas las mañanas, porque sabía que tarde o temprano la vería. La vería de la única forma que la puede ver. La vería mientras duerme, mientras no presta atención en clase, mientras oye su canción favorita en la radio, mientras le tocaba comer su comida favorita, o recordaba que vivían bajo el mismo cielo.
Y es que cuando el amor llega, invade, y que aún así, uno no elije de quien se enamora.
Una calada más. Una calada más para recordar que fue él quien decidió abandonar todo esto. Que fue él, que no podía seguir haciéndole esto, que no podía apropiarse de una felicidad que no le pertenecía. 
Una calada más. Una calada más por el que llegó, que le quitó las lagrimas de la cara que él mismo le había provocado. Porque aunque no se quiera, en un juego donde juegan dos, hay alguien que tiene que salir perdiendo. Y mientras ella, le culpaba a él de todo, y se culpaba a ella misma por todo lo ocurrido, creyó ser la perdedora de un juego que estaba ganando. Y él, acusado de no importarle nada, de haber tirado todo por la borda, él, era el que realmente perdía.
Una calada más. Una más por su recuerdo, por el recuerdo que él tenía de ella, y como ella ya no lo tenía de él. Una más por sus llantos por la noche, una más por esa canción, ese número y esa fecha. Una calada más por esas preguntas que se había hecho nada más irse ella.Una calada más, por ese contador a cero de nuevo. Ese que le diría que tiene que volver a empezar, que empezará sacarla de su cabeza hasta que cualquier simple cosa le recuerde a ella una vez más. Una calada más por la noche y el frío de esta. Porque le dejaban solo, aturdido, en una triste habitación silenciosa, que le dejaban indefenso ante lo que pensara su cabeza. Y como no, pensaba en ella. Pensaba por culpa de un segundo, en que su recuerdo volvió a él como un disparo al alma. 

Dicen, que entre calada y calada, se podía ver a ella perdida en el vaivén del humo.
Que seguía en esa cárcel de nicotina de sus pulmones, en cada suspiro que daba. Que seguía atrapada en los resquicios de su corazón. Que si la recordaba, que si aún le dolía, solo era porque aún la quería. Personalmente pienso que recordar a alguien, no significa seguir queriéndole. No creo que él siga queriéndola. 
Porque quizás y solo quizás, nunca se olvida, solo se deja de recordar.

Querida familia, ¿Cómo estáis? Siento esta semana de ausencia, se me estropeó (definitivamente) el ordenador, pero en fin, ya está todo arreglado, así que espero ponerme al día un poco publicando, que siempre me tengo que disculpar, así que una vez más, mil perdones. 
El texto que he escrito podría decir que se basa en algo personal, como sabéis suelo ponerlo, pero no es personal del todo, simplemente he cogido alguna que otra idea, por eso no he puesto que sea algo mío personal. Al fin y al cabo, un escritor escribe en base de sus ideas de lo que ha visto, oído sentido o imaginado, o al menos, eso pienso yo.
Como siempre me pasaré por vuestros blogs en cuanto pueda, que ya sabéis que suelo ir un poco justillo de tiempo. 
Darle la bienvenida a una personita nueva que ha llegado, y que con ella formamos 160. Mil gracias por todo, como siempre, sois los mejores. 
Se os quiere y esas cosas

5 comentarios:

  1. Al final valió la pena esperar a que encontraras la canción de piano para publicar. Valió muchísimo la pena. Es preciosa, aunque comparada con tu texto se queda corta, como casi todo. Es increible. Es que ya nunca sé qué comentarte ¿Que escribe que da gusto? Te lo digo siempre y no me crees ¿Que daría cualquier cosa por escribir asi? Estoy cansada de repetírtelo. Tienes algo, no sé que, esa forma de escribir que haces que cada detalle se pueda apreciar perfectamente, tan delicado... ¡aaarg! ¡No sé que haces! Pero hagas lo que hagas, me encanta, así de simple.
    Eres un auténtico genio.

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  2. Tal vez es cierto que recordar no sea seguir queriendo, tal vez sólo es un recuerdo que nos persigue hasta que empezamos a ignorarlo. Leyendo este texto le he visto a él, ha sido la imagen que se me ha venido a la cabeza, él lo tiró todo por la borda y luego intentó volver ignorando el daño... Por mucho vicio que tengamos por esa persona, llega un momento en que necesitamos decir basta, porque esos cigarros ya no nos aportan nada.
    Qué decirte, Leo, que no sepas, me he emocionado, entre la música de fondo y el texto, ha sido un cúmulo de sensaciones, de verdad, no entiendo cómo lo haces :)
    Mil gracias por pasarte ¡Un beso muy muy muuuy grande! <3

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  3. Hola, que precioso blog tienes. Desde el diseño hasta lo que escribes, es tan perfecto tan genial. Fíjate que me eh sentido identificada en una parte en especifica.
    "Una calada más. Una más por su recuerdo, por el recuerdo que él tenía de ella, y como ella ya no lo tenía de él."
    Porque siento que nosotros mismo nos atormentamos con recuerdos, a mi me pasa igual al recordar a una persona que ya ni siquiera recuerda que existo. Tu texto me ha llegado al corazón.
    Te sigo, un saludos y muchos besos y abrazos para ti ♥ n_n

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  4. Hola ya extrañaba leerte, que igual yo tampoco he estado estos últimos días. Creo que el final del texto, es algo mas personal, porque ya sabes que no la quieres y que recordar no significa querer a alguien, no se a mi se me hace que esa parte es personal, puede que no. Me ha gustado mucho el texto, porque eso a veces pasa, una persona decide terminar con todo aunque le duela por el bien de la otra, y la otra persona se recupera mas rápido aunque se siente victima. Las cosas del amor.
    Besos ♥

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  5. Un texto muy bueno, me ha gustado mucho la verdad, te sigo! Y te dejo también el enlace de mi blog si quieres echar un vistazo rinconenajenado.blogspot.com.es

    Um abrazo!

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