9/7/13

Escritor de finales felices IV


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Atención: Este relato puede contener una alta dosis de surrealismos, metáforas, y cualquier idea que se le pase por la cabeza al escritor de finales felices. 

Cualquier parecido con entradas anteriores es pura y mera casualidad, con lo que si usted es nuevo, puede empezar directamente desde el relato que desee, pues ningún fragmento tiene que ver con el anterior a no ser que el autor decida recordar algo, que aún siendo así no influirá en el contenido del último.
Dichas todas las advertencias, proceda con la lectura.


Me encontraba una vez más sentado ante mi hoja de papel. Con mi bolígrafo  mi pluma y mi tinta. Desde que puedo escribir lo que quiero, siempre he tenido mi pluma y el tintero, como antiguamente se hacía. Estaba apoyado en la silla, debido a la historia que había entre mis hojas.

Él, el que quería una vida mejor para ellos dos. Ella, que sabia que esto era una locura. Pero dime, ¿Qué les quedaba? Ojala las cosas no hubieran tenido que ser así. Pero era él, el que mandaba sobre ella. Era ella, la que estaba loca por él. Pero eran ellos, los que no tenían nada. Fue él, el que dijo de atracar aquel ''Compro Oro''. Fue ella la que tenía miedo. Fueron ellos, los que persiguió la policía callejuela tras callejuela. Y huyeron, huyeron con las manos llenas de joyas, joyas que él vendería para una vida mejor junto a ella. Joyas que tiraban de ella al suelo y él tenía que pararse a levantarla diciéndole que siguiera corriendo. Nadie supo como ni porqué, y que os voy a decir yo, cuando se dispara se dispara, las balas van y vienen, pero nadie las ve irse o las ve venir. Por entonces, de los dos policías que perseguían, uno de ellos disparó, y él también lo hizo.
¿La diferencia? Él fue herido en una pierna mientras ayudaba a ella a seguir y ella le ayudaba estirándole. Por desgracia, él tuvo más suerte  el policía tuvo menos puntería, porque no iba a matarle, en cambio la bala de él, si le pegó cerca del ojo. Y acabo ahí la persecución, porque mientras ella levantaba a él entre sollozos, el compañero corría a por su amigo pidiendo una ambulancia. Y fue así como ellos acabaron en una casa en obras, con un par de tabiques, y los alaridos de él. Era él, el que tenía la bala en la pierna. Era ella, la que se paseaba por el parking del hospital, en busca de un pobre médico. Y fue así como un pobre hombre camino de su coche, fue apuntado con una pistola en la cabeza y un ''no te muevas'' en sus oídos. Frases como ''¿Eres médico?'' o ''Sube al coche'' surgieron más tarde. A pesar de que el hombre, dijo que no sabía operar, le requisó el móvil y se lo llevo junto a él. El hombre solo tenía un maletín y aún así era amenazado con una pistola de que le sacara la bala. Él fue intervenido sin anestesias, sin nada. Y fue ella la que le apretó la mano con fuerza sin bajar la pistola. El médico tuvo que cortar el interior del muslo sin nada, y creerme amigos, más dolor que el que sintió él en aquel momento nunca pudo sentir ella después. Y él se desmayó, y ella gritó que le había hecho. El medico levantó las manos, aún recordando que no disponía del material necesario, afirmándole que eso era normal. Fue entonces cuando ella abrazó a él, y el médico aprovecho para coger el teléfono y marcar el número del chico que conducía la ambulancia. ¿Sabéis eso que dicen que a veces las estrellas se alinean? Bien, digamos que para el médico fue este su caso, ya que dejó el teléfono en marcha, y ella se levantó apuntándole otra vez diciéndole que la sacara ya. Mientras el chico de la ambulancia oía todo y seguía repitiendo ¿Hola?, el médico seguía diciendo que necesitaba material, que podía pasarse a buscarlo, estaba solo a 4 manzanas del hospital, o que al menos, le dejara coger del supermercado de aquí al lado, un par de bolsas de hielo. Fue entonces cuando el chico de la ambulancia sabía que estaba en peligro y fueron en camino. Y fue el médico el que le acabo sacando la bala de la pierna, y habló un rato con ella. Al parecer ella había sido sometida por él varias veces, siempre se hacía lo que él quería. Y fue ella, la que acabó con la vida de su hija accidentalmente. Según le contó al médico, no paraba de llorar cuando era pequeña, los vecinos habían llamado la atención mil veces, y él no dejaba de decir que la callara. Pero ella no le contó más a el médico, le miró, y le dijo que no lo hizo ella, aunque ella se culpara de todo. Él sonrió, y...
Sí, no puedo asegurar que fuese la más bonita de todas, ni mucho menos que a vosotros os impresionara, pero puedo aseguraros que ella le devolvió la sonrisa. 
Sonreí al recordar aquel momento, porque después de aquello, él se despertó, y le pidió a ella que lo matara. El médico era el único testigo de todo aquello, debía de morir. Ella se negó por primera vez ante él, le dijo que ya estaba bien que ya podían irse. Pero el cogió su pistola y dijo que se apartara, que lo haría él. Rápidamente ella dijo que no, que estaba bien, lo haría ella. Y le golpeó el cuello con la pistola arrodillandole. El médico puso sus manos detrás de su cabeza, pidiendo que por favor no lo matara. Y así, si mal no recuerdo, pasaron varios segundos. Finalmente ella le dijo, levántate y corre, y él le grito que que decía. Ella ipso-facto apuntó hacía el diciéndole que se callara a llantos, mientras le gritaba que huyera al médico. Él sonrió.
-No puedes matarme, sé que no puedes. Me amas, me amas por encima de todo, sabes que tenemos estas joyas para nosotros, para nuestra vida juntos.
-¡Cállate! ¡Siempre tiene que ser lo que tú dices! ¡Estoy harta! no ves qué esto no lleva a ninguna parte. Que has matado a un policía, que llevas mandándome toda tu vida. ¿Y sabes? Esto no es vida, yo solo quería estar contigo, porque me moriría contigo si te matas, y me mataré contigo si te mueres, porque el amor cuando no muere mata, pero esto se ha acabado. 
Y ojala amigos, el verso que le dijo de Joaquín sabina hubiera acabado en  porque amores que matan nunca mueren. Pero por desgracia acabó siendo un el amor cuando no muere mata. Y fue así, como ella no pudo matar a él, pero si pudo matarse así misma. Y como el médico la  recuerda con sus manos firmes apuntando hacía su boca, y como justo después de eso, llegaba la ambulancia con sus refuerzos.
Miré la última hoja con su manchón de tinta. Quizás la vida esta llena de manchas de tinta, que a veces, está el final feliz preparado para cumplirse, pero entonces cae esa gota en el papel, un giro de la vida, un segundo inoportuno, estar en el momento equivocado en el sitio equivocado, porque por mucho que planees la vida, al fin y al cabo, ella siempre tendrá otro plan para ti, y aunque parezca que no fue un final feliz, y si la vida, ¿Ya le tenía ese final feliz preparado a ella? ¿Y si ese era su final feliz? Se separó de él, ya no iba a obedecerle más, él arruinó su vida, y ella no pudo nunca dejar de quererle. Quizás era ese su final feliz, quizás, y solo quizás, tenemos que buscarle el final feliz a las cosas. Quizás, y solo quizás, ella está ahora con su hija.

¡Ey! No, no he recuperado mi inspiración, pero he decidido escribir esto, porque a veces lo que los ojos ven en una imagen, en un sitio, en cualquier parte, vale más que mil palabras; con lo cual aquí tenéis el resultado. Me estoy pasando por vuestros blogs, mañana por la mañana acabaré con ellos (espero) , por lo que si aún no me he pasado por el tuyo no te preocupes, estoy en ello. 

Sino puedo mañana esta semana estaré en eso, y nada lo dicho, que espero que me vuelva la inspiración pronto, que si necesitáis algo podéis escribirme a justmyimaginacion@gmail.com y que se os quiere y esas cosas.
                                                                                                                            Leo

6 comentarios:

  1. Como definir el final? Es más que "afhgts" es precioso, perfecto, emotivo... me ha enamorado totalmente tú historia.
    Un beso

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  2. Me encanta. No podría decir nada mas, con ese "me encanta" lo digo todo. A mi me parece que si has recuperado tu inspiración, pero si tu dices que no, entonces espero que te vuelva pronto.
    Un beso ♥

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  3. Buuf, qué cúmulo de sensaciones... No todos los finales felices son como los cuentos los pintan, sino lo que realmente queremos conseguir en nuestra vida, y ella quería alejarse de él. Se puede decir que ha conseguido su propósito, aunque sea de la peor manera... La frase de J.Sabina ha sido la clave, me ha encantado :)
    ¡Un beso muy muy muuuy grande Leo! <3

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  4. Precioso a la vez que triste. Como me estoy encariñando con el escritor de finales felices, más te vale que nunca dejes de darle vida xDD
    Muchas veces hay que intentar buscarle el final feliz a las cosas, si o si, porque si no no se puede seguir adelante. Creo que la chica al final fue feliz, que el hombre pagó por todo el daño que directa o indirectamente le habia echo a ella, y el médico no solo salvó a aquel hombre, si no en parte tambien a la pobre chica.
    Me encanta^^
    Un besazo!! Sigue cuidando tu almohada o lo que sea que te de esta inspiración, que aunque tu digas que no, vale más de lo que piensas.

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  5. Me quedo sobre todo con la parte en la que mi querido escritor de finales felices nos explica como hasta el final mas triste puede de algun modo ser en parte algo feliz. Recupera la inspiracion pronto, necesito mas como este :)
    Un beso león.

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  6. Soy una lectora de fantasía, de locura y surrealismo, no me atraen los cuentos de nuestra época o sin magia. Pero hay algo, algo en la forma en que tu escribes, que me hechiza totalmente, me llama y me encanta porque no puedo dejar de leerlos, por mas que no posean ninguna de las cosas que normalmente busco. Es solo impresionante lo que haces. Me encantó
    Un beso.

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