1/4/11

Tenían fecha de caducidad...

Nunca nadie me había hecho sentir así, nadie había conseguido que pensara en ella al despertarme todos los días durante meses. Lo he intentado de todas maneras posibles, por activa y por pasiva, del derecho y del revés, te prometo que lo he intentado millones de veces, pero no lo he conseguido.
No he conseguido olvidar tu risa, el marrón intenso de tus ojos o el olor a naranja que desprendías. Pero creo que ya sé por qué no lo he conseguido, no lo he hecho porque me resisto a pensar que todo ya se ha terminado, que voy a tener que dejar de sonreír y de llorar por tu culpa, que ya se han agotado esas tardes que deseaba que se convirtieran en infinitas y que esas conversaciones interminables donde no sabíamos que más decirnos el uno al otro tenían fecha de caducidad, simplemente porque me resisto a pensar que ya no tengo motivos para seguir queriéndote.

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