16/7/13

Escritor de finales felices V



Atención: Este relato puede contener una alta dosis de surrealismos, metáforas, y cualquier idea que se le pase por la cabeza al escritor de finales felices. 
Cualquier parecido con entradas anteriores es pura y mera casualidad, con lo que si usted es nuevo, puede empezar directamente desde el relato que desee, pues ningún fragmento tiene que ver con el anterior a no ser que el autor decida recordar algo, que aún siendo así no influirá en el contenido del último.
Dichas todas las advertencias, proceda con la lectura.

Suspiré. Me encontraba delante de una tienda, pero no una tienda cualquiera. Allí donde nosotros mismos vemos cosas normales, hay muchísimo más de lo que parece. Empujé la puerta ya que tenía el letrero de ''abierto'', y esta dio con (---) situado en el dintel de la puerta, haciendo que la señora del mostrador se diera cuenta de que acababa de entrar alguien.
-¿Puedo ayudarle en algo? 
Me dijo ella con amabilidad, yo solo pude sonreirle, no creo que me quisiera ayudar mucho con mi petición. Miré un poco la tienda antes de contestarle. Pasé la vista por varios artículos exóticos, y jarrones japoneses. Era una tienda pequeñita la verdad, parecía un negocio familiar. Carraspeé antes de contestarle.
-¿Me permite que eche un vistazo a la trastienda?
Y por si acaso eso no servía, antes de venir a la tienda me había preparado como policía, era tan fácil como escribir lo que quieres ser para serlo, así es mi vida, pero nunca lo usaba con mucha maldad.
-Emm.. sí porque no, claro agente, ¿Quiere que le acompañe?
Me Sonrió. Le negué con la cabeza, devolviéndole la sonrisa mientras avanzaba hacía la parte trasera.
Se notaba que hacía tiempo que no limpiaban mucho por aquí, o que no estaba para recibir visitas. Había un sofá viejo, con un par de agujeros y trozos de tela rotos. Me senté ahí, para observar la trastienda. Sí amigos, fue aquí donde ocurrió todo.
Cuenta la leyenda que fue aquí donde estaba construido el castillo. Hace siglos, aquí vivían dos enamorados. Cuentan, que un día la reina de ese castillo, de ese legado de tierras, se puso muy enferma, por lo que tenía que morir. Pero siempre que se moría un rey, reina, en ese legado, tenía que morir alguien con ellos, y por más desgracia que suerte, en ese sorteo salió ella, la chica enamorada. Y fue así como murió junto a la reina. Pero cuando todos creían que había acabado todo ahí...
Miré al suelo para contemplar las tablas de madera. Fue aquí donde un joven chico jugando acabó en la trastienda, y no solo eso, sino que tenía un pequeño don, y fue así como él, acabó encontrándose con ella. Con una mujer guapa, muy guapa, y sobre todo, fantasma. Ella le dijo que necesitaba su ayuda, que le perseguían 4 fantasmas piratas, que querían matarla. Que le ayudara por favor, que estaba encerrada aquí en este pequeño círculo desde hace años, y que iban a ir a por ella. Y ella se acercó tanto que casi pudo rozarle los labios mientras el chico se perdía en sus susurros. Fue cuestión de segundos para que ella le besará cuando sonó un portazo en la tienda y el se levantó rápido por el ruído. Ella se esfumó, y el corrió a la puerta. Cerró con llave y volvió a la trastienda. 
Cosas del amor ¿No creéis? Pero por desgracia cuando él volvió en vez de encontrarse con la chica, se encontró con los 4 fantasmas, y corrió por toda la tienda, con los fantasmas detrás.
Amigos, si hay algo que debéis saber, es que nunca hay besos para los fantasmas. Cuando pudieron acorralarle, le explicaron que esa mujer era una chica enamorada de hace años, que con tal de salvar su vida, acabó con la de su chico. Que solo buscaba un beso para poder salir de ese círculo, que ahora era una triste bruja, encerrada por robar la vida de la persona amada, dentro de aquel triste agujero. El chico salió corriendo de nuevo al círculo, ¿Por qué iba a creer a unos tristes fantasmas? Ella era tan perfecta. Y fue así, como ella consiguió liberarse del círculo. No amigos, no le besó. Pero lo tuvo tan cerca como para absorber su don. Inspiró por la boca todo lo que tenía de especial el chico. Y se liberó, y dio mil vueltas por la tienda, y era como un tornado dentro de esta.
Miré alrededor, la verdad es que sí que estaba un poco tirado todo. 
Pero como toda historia amigos, todo acaba de alguna forma, y no, no iba acabar ella libre por la tienda. Porque el estruendo producido por la fuerza del fantasma, hizo que la abuela del chico, que tenía la casa justo al lado de la tienda, apareciera por la puerta.
Sonreí. ¿Nunca habéis pensado, que vuestra abuela es alguien especial? Quizás a simple vista no, pero ella ha vivido más años, ha estado en más sitios, ha vivido más guerras, incluso a veces, cuando se te quedan mirando, ¿Qué pensaran? También se dice que nos quieren más que a nada, que nos protegerán ante todo y precisamente hizo esa abuela del chico.
Habló con el fantasma. Y el chico, oyendo a la abuela, se quedó fascinado. ¿De qué servían tantos años atormentando a tanta gente? ¿Por qué tantos años esperando salir de un agujero? ¿Ahora qué? Y fue cuando la abuela, con sus palabras, consiguió calmar al fantasma, recordárle que sí hay alguien que le ha querido siempre. Y es que a veces, ignoramos demasiado las cosas que son evidentes, nos pasamos parte de nuestra vida intentando conseguir algo, cuando ya hay algo más que conseguido. No mires más allá cuando tengas las cosas cercas, no intentes ganar cosas sin saber antes lo que pierdes. Y fue entonces cuando el fantasma recordó, aquellos ojos de aquel chico, de su chico, el cual casi había olvidado por completo. Y fue así como el nieto, pudo ver por primera vez un fantasma llorar, y creerme, no hay cosa más hermosa que esa. El fantasma se dio la vuelta y estiró la mano al nieto. El joven se levantó y se la cogió, y pudo sentir el calor que desprendía. Era como no coger nada, pero sintiéndolo todo. Y ella le sonrío y le dio asintió con la cabeza. El chico le devolvió la sonrisa, y corrió hasta detrás de su abuela. 
Y ella se desvaneció para estar junto a él. Solo había un inconveniente en esa eternidad a su lado.
Me levanté y volví a la tienda.
-Muchas gracias señorita.
Y al sonreírle pude ver como me despedía con la mano. Abrí la puerta y salí a la calle. Bastante más calor que allí en aquel sofá de la trastienda. Suspiré.
Porque, a pesar de todo, nunca hay besos para los fantasmas.

No, no me he vuelto loco. Sé que no es mi estilo hablar de fantasmas, pero ya avisé que estaba sin inspiración. Tan poco quería que fuera una entrada de el escritor de finales felices, no me parece muy a su nivel, pero tenía que ser algo narrado por alguien, y para que poner a otro teniendole a él. También habréis visto esto arriba (---) y no es que se me vaya la pinza, es que quería poner una palabra que desconozco, y podía haberla cambiado por otra, pero la verdad es que me ha entrado la curiosidad. Cuando entras en una tienda, arriba en la puerta, en según cual, hay una especie de cosa con trozos de metal que al chocar con la puerta emite un sonido. Cuando hace viento también, dios no sé explicarme, una foto vale más que mil palabras. 


Una cosa parecida a esto. Tampoco es así, pero ¿Cuándo no sabes lo que buscas, como lo buscas?
Si alguien sabe el nombre de estas cosas, podría dejármelo en los comentarios, ya es más que nada por simple curiosidad, y por tener más cultura vamos. 
Me pasaré por vuestros blogs durante esta semana.
Espero recuperar ya este vacío de no saber que escribir, quizás sea este calor.

Gracias a irati (pincha en su nombre) por nombrarme en su blog.

Ya sabéis que me tenéis para cualquier cosa en justmyimaginacion@gmail.com, aunque sea solo un mensaje para felicitarme el verano, como alguno ha hecho.
Y recordad que Se os quiere y esas cosas.
                                                                                                                                    Leo

3 comentarios:

  1. Dios, Leo, parecerá una tontería, pero me has hecho recordar el cuento de la Sirenita cuando la chica fantasma le absorbe el don jaja
    Me ha gustado la conclusión del final, buscamos cosas que tal vez ya tenemos y no nos damos cuenta de ello, miramos más allá y está delante de nuestras narices... Pero muchas veces somos así, tan ambiciosos que olvidamos lo realmente importante. Y los abuelos, yo también me pregunto a veces qué pensarán de mí ellos que saben tanto de la vida...
    Me ha gustado mucho :)
    ¡Un beso muy muy muuuy grande! <3

    ResponderEliminar
  2. Es todo un sueño, que alguien nos protega de hasta cosas imposibles, y quien mejor que las Abuelas para hacerlo. Me encanto leerte por primera vez, sigue así, tienes mucho argumento. Au revoir

    ResponderEliminar
  3. Escribir sto y decir que estas sin inspiracion es como decir " no he estudiado nada" o "voy a suspender este examen" y luego sacar un nueve. Gracias a ti por leerme y por escribir tan bien. Bechoos

    ResponderEliminar