7/4/11

Llegando a la conclusión de que no hay conclusión...

¿Sabéis? A veces tengo la sensación de que la gente me oye pero no me escucha, que me ve pero que no me mira. Poca gente sabe como soy realmente, lo que de verdad pienso, creen que sigo siendo ese niño al que le gustaban las piruletas de fresa y daba voces por la calle, pero no, detrás de esa armadura está quien de verdad soy, alguien que ya se ha dado cuenta de cómo funcionan las cosas en la vida. Quizá me preocupo demasiado por cosas que realmente no son importantes y les busco una explicación, una vez tras otra, llegando a la conclusión de que no hay conclusión, y es entonces cuando me sorprende que tú seas una de las pocas personas que me comprenden en realidad, tú que te conozco menos de lo que conozco a mucha gente, tú con quien hablo una vez al día y dando gracias, a ti que te conocí en un viaje de casualidad. Y eso ha sido una de las cosas mejores que me han pasado, que de pronto te toparas en mi vida, que te abrieras hueco tu solita. Y me da igual que nos separen años luz o que nos contemos algo y ninguno de los dos nos entendamos a la perfección,  y me da igual porque cuando te sientes tan cómodo con alguien lo demás te importa nada.

0 comentarios:

Publicar un comentario