27/7/11

Y en la que yo, voy a perder todo lo apostado...

Me empiezo a preocupar, lo juro, no sé ni cómo lo habrás hecho, pero has coseguido que las cosas cambien de una manera alucinante, has conseguido pasar de ser algo totalmente insignificante, a una necesidad para mí, me reía, me reía de mí y ellos, de aquéllos que me dijeron éso hace tan solo un par de días, pero sinceramente, hoy lo acabo de descubrir. Me empiezo a preocupar de mi salud mental, porque llevo como treinta noches seguidas soñando contigo, porque tardo unos dos segundos en pensarte desde que mis ojos levantan sus persianas, porque a veces me recorre sin sentido algo, una sensación que me aterra y me deja abandonado. Me empiezo a preocupar porque sin motivo alguno he llorado por ti más de lo que he llorado por nadie, porque contigo me he dado cuenta de que soy un celoso patológico, de que solamente estoy completamente feliz si te tengo a dos centímetros. Me empiezo a preocupar porque me haces daño con palabras que no tienen esa intención, porque me empieza a importar demasiado el qué haces, el qué dices, y sobre todo lo que no haces ni dices, porque a veces me aterra la idea de que ésto para ti sólo sea un juego, un juego con un ganador y un perdedor, y claramente yo soy el segundo, me aterra la idea de que dentro de unos dias, ésto que tenemos se haya esfumado como el humo de los cigarros, me aterra la idea de no poder volver a perderme entre ese olor que te caracteriza, o me aterra la idea de no volver a recorrer el mapa de tu cuerpo, señalizado estratégicamente por tus lunares. Me empiezo a preocupar, porque empiezo a pensar que me estoy enamorando de ti, y que para ti, ésto sólo es una partida más, una partida más en la que tú empezaste el juego, en la que yo continué la partida, en la que ninguno pusimos las reglas, en la que tú estás haciendo más trampas de lo debido, y en la que yo, voy a perder todo lo apostado.

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