11/7/11

un día raro, ni siquiera anormal, solo raro...

Ahora sí, ahora sí que he roto todos mis esquemas, he vuelto al principio, al principio aquél en el que estaba demasiado perdido. No sé ni cómo me vuelto a perder, y yo ingenuo de mí, que pensaba que por una vez, sólo por una, tenía todo más o menos estructurado, pero de pronto, y como me suele pasar, solo ha bastado un día raro, ni siquiera anormal, solo raro, un día igual a los demás, pero es lo que tiene la monotonía que aunque guste cansa, y supongo que ya estoy cansado de estar estancado en este episodio, y hoy ese cansancio se ha manifestado de la forma más inesperada, fijándome en ella, en ésa ella que no es ella que para mí es importante, y todo ésto es culpa de la demora, de ir retrasando un momento que para muchos es ya prácticamente inevitable, pero sinceramente, dada la situación actual empiezo a dudar de la inevitabilidad de esa situación, mentiría si no reconociera que cada día cierro los ojos y me la imagino pero mentiría también al no decir que estoy cansado, cansado de que día tras día, nuestro dedos vuelen locos en la piel del otro, para acabar congelados, como siempre, y temerosos de tener que reconocer algún día que moverse al compás sobre la piel de otro es lo que nos gustaría que ocurriera cada mañana, pero reconozcámoslo, ambos somos demasiado imbéciles como para asumirlo y nos falta la valentía suficiente como para ir uno y decírselo al otro, y por éso, por ésto, reacciono así, porque estoy cansado de esperar como un cobarde estúpido a que un día llegues y pintes las cosas del color que llevo esperando semanas.

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