- Vale, ponte aquí, cierra los ojos, y haz lo que te digo
+ ¿Aquí?. A ver sorpréndeme.
- Bien, ciérralos , imagínate lo que te voy a decir. Estás en una playa, en una de éstas poco conocidas, con ese olor a mar, con esa oscuridad característica, y de pronto llega, llega ella y te agarra por detrás, y tú sin preguntar ni siquiera quién es, cierras los ojos y te dejas llevar por ella, te agarra de la mano, y se oye un ligero suspiro, y por un momento sientes que esa playa es el único lugar del mundo donde podrás ser feliz. Ahora ábrelos, ¿estás feliz?
+ ¿Feliz?, creo que estoy enamorado de la persona con la que he paseado por la playa
- ¿Quién es?
+ Jamás te lo diría.
- ¿Por qué?
+ Por que no, pero si quieres hacemos una cosa, te digo yo también algo y si me dices en quién piensas mientras, quizá te lo digo yo.
- Hecho.
+ No quiero que te imagines en un lugar idílico, en una playa por la noche, en lo alto de una colina viendo anochecer, o en un
bosque de cuento. Imagínate en
un sitio más normal, más deplorable, imagínate en el sofá de tu casa, harta de estudiar la asquerosa filosofía, siendo Platón y su mundo de las Ideas tu única compañía. Estás estudiando, o al menos lo intentas, lees un renglón, intentas comprenderlo y visto el fracaso vuelves a él. Pero al llegar a una palabra en concreto, te vas, desconectas, tu cabeza es capaz de pasar a otra dimensión, a la de los recuerdos, y sí, le ves, ahí, con sus ganas de ser feliz, con su locura a tiempo parcial, con la sonrisa dibujada, sí, está feliz, desbordando simpatía, con su camisa a cuadros, con la vergüenza perdida, con sus defectos, con sus consejos, con sus timideces. Sacudes la cabeza y vuelves a la realidad, retomas el mito de la caverna, pero te das cuenta de que no estás concentrada, y desconectas de nuevo, ahora no son recuerdos, son futuros recuerdos, sí, tu imaginación diseña algo, una situación con él, una conversación, un beso, sí, lo imaginas, y ni te imaginas que él imagina lo mismo en su sofá. Pero tu mundo dela Ideas lo abandonas porque es necesario retomar el de Platón. Ahora dime, ¿En quién estás pensando?
bosque de cuento. Imagínate en
un sitio más normal, más deplorable, imagínate en el sofá de tu casa, harta de estudiar la asquerosa filosofía, siendo Platón y su mundo de las Ideas tu única compañía. Estás estudiando, o al menos lo intentas, lees un renglón, intentas comprenderlo y visto el fracaso vuelves a él. Pero al llegar a una palabra en concreto, te vas, desconectas, tu cabeza es capaz de pasar a otra dimensión, a la de los recuerdos, y sí, le ves, ahí, con sus ganas de ser feliz, con su locura a tiempo parcial, con la sonrisa dibujada, sí, está feliz, desbordando simpatía, con su camisa a cuadros, con la vergüenza perdida, con sus defectos, con sus consejos, con sus timideces. Sacudes la cabeza y vuelves a la realidad, retomas el mito de la caverna, pero te das cuenta de que no estás concentrada, y desconectas de nuevo, ahora no son recuerdos, son futuros recuerdos, sí, tu imaginación diseña algo, una situación con él, una conversación, un beso, sí, lo imaginas, y ni te imaginas que él imagina lo mismo en su sofá. Pero tu mundo de
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