27/6/11

Como esas constantes de matemáticas...

Porque la vida no es fácil, y quien diga lo contrario miente. La vida tiene ese matiz de dificultad que la hace única, tiene éso que nos permite disfrutarla. La vida tiene un máster en ponernos a prueba, en torcer el rumbo de las cosas cuando todo está ordenado, sí, es una experta en darnos sorpresas no siempre agradables, en mostrarnos en un minuto cualquiera de no importa qué día que aquello que nos venimos temiendo desde hace tiempo, tiene más de verdad que de mentira. Y es entonces cuando desearíamos que la vida fuera una de esas constantes de las matemáticas, porque en ese momento te das cuenta que echando la vista atrás tomaste decisiones relacionadas que ahora se convierten en puñales, dijiste cosas que están pidiendo turno para echársete a la cara, y no puedes hacer nada, más que respirar hondo, intentar reconducir tu vida hacia ese reciente y soñado futuro cercano y rezar porque no sea demasiado tarde y ella sea lo suficientemente idiota como para perdonarte.

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