26/5/11

Me odio cuando...

Me odio, me odio cuando no puedo parar de sonreír o cuando me hablan y sencillamente no escucho porque estoy completamente inmerso en mis pensamientos, me odio cuando echo de menos ese olor que a partir de aquel día me recordará siempre a ti, o cuando paso el día en una nube, ideando cosas que probablemente nunca llegaran a hacerse realidad, me odio cuando cierro los ojos y me veo ahí contigo sentado jugando a decirnos entre sonrisas y miradas bajas aquello que nos gusta oír, o me odio cuando echo en falta aquellas conversaciones eternas en las que hablábamos de todo y de nada a la vez, me odio cuando me doy cuenta de que estoy perdiendo el control, de que otra vez me vuelvo a ilusionar con una mísera sonrisa o me odio cuando al cerrar los ojos tardo un segundo en recordarte y te echo de menos, y me odio por pasarme veintitrés horas y cincuenta y cinco minutos pensando en ti, porque los cinco restantes los dedico a dormir.
Pero si te soy sincero el motivo real por el que me odio, es por no escarmentar, por no darme cuenta de que está vez será como todas las anteriores, que entre sonrisas y suspiros me perderé y que tardaré más de medio año en volver a sonreír.

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