[Especial Halloween] La chica de la boina

Atención: Este texto ha sido escrito mientras sonaba esta canción (pincha).
Es recomendable que no deje de ponerla mientras lee el fragmento, para así augmentar el efecto de la narración, Gracias.

Atención: El siguiente relato no tiene contenido de miedo y otras variantes. La utilización de personajes míticos o seres sobrenaturales hacen denominarle Especial Halloween. A pesar de esto, la verdadera historia mítica  ha sido modificada. Sin más dilación, proceda al relato.

Dicen aquellos que han podido permanecer libres de su mirada, que ella tenía algo que los volvía diferentes. Que les hacía sentir diferentes. 

Ella, la más guapa de entre las tres hermanas. Ella, siempre vivía con una boina en la cabeza. Y la verdad él nunca entendió por qué, pues el poco pelo que le quedaba descubierto, era de un rubio tan cristalino, tan perfecto...
Humano ignorante, pensaba ella. Pues las sensaciones que le producía dar un paseo con él, le hacían llegar a cuestionarse su existencia, su verdadera existencia. Y es que la vida le había deparado un mal futuro. Allí donde un triste humano la veía, donde hacía sentirle única, donde hacía sentirle querida... Basta.
Ella no era de este mundo, ella no podía seguir con esto. Día tras día, vivía bajo una triste boina, aquella que le hacía sentir especial para alguien, demostrarle que al menos para él, ella era alguien. Y no la risa de su familia, la rara de la familia. Porque un día cualquiera, ella de serpientes le llenaron la cabeza. Así, siendo la más guapa de las tres, se acababa de convertir en una especie de chica con los pelos alocados, alocados debido a sus pequeñas amigas. Esas que permanecían ocultas tras una triste boina. Esas que le recordaban, que a ella no le pertenecía él. Que ella no pertenecía a ese mundo.
Y que difícil era bajar, volver a ese mundo donde se sentía tan bien junto a él, y donde incluso a veces, él le tenía que preguntar porque lloraba, y que solo él supiera hacerle dejar de llorar. Y es que ella nunca pudo dejar de pensar que algún día ya no le querría, que algún día supiera la verdad, y que si así fuera huyera de ella, o que simplemente ella no pudiera volver nunca más a este mundo, a su mundo. 
Que a veces costaba tener tranquilas a sus criaturitas en la cabeza, que a pesar de haber prometido estarse quietas cuando bajaran, las sucias e infestas calles de ese mundo, llenas de ratas, hacían que su boina se removiera con tal de intentar comer algo, y que ella se llevaba la mano a la boina, con tal de tranquilizar a sus pequeñas amigas hambrientas.
No era la tierra, o quizás lo era, pero lo que quedaba de ella era un triste mundo marginado. Quizás la humanidad había quedado atrapada en esto, en un cúmulo de pobreza, de calles de color gris, llenas de ratas de un lado a otro, sin un solo síndrome de alegría. Quizás la gente vestía de esa forma tan triste debido a que eran pobres, o simplemente que desistieron de encontrar la felicidad en sus vidas. Y es que para los ojos de ella, lo que veía del mundo era en blanco y negro, y con alguna que otra tonalidad de gris. Y si algo, alguien se salvaba, ese era él. Pues quizás él nunca había dejado tirado sus sueños, quizás él siempre había luchado por seguir manteniendo su alegría. Y eso fue lo que acabo llenando de ilusiones el corazón de ella, que pensó que esta vez podría ser diferente.
Y cuando menos se lo esperaba, y más alejados de todo estaban, en ese preciso momento decidió decirle que tenía que saber una cosa, pero que por favor, no le volviera a mirar nunca a los ojos. Él le asintió, y fue en ese momento cuando pudo contemplar el resto de ese pelo tan perfecto, donde ahora residían varias ofidios, que no le atacaban, que eran dóciles ante su mirada. Y que él, a pesar de su promesa, la miro a los ojos para besarla, y que poco a poco, durante el beso, se fue convirtiendo en piedra hasta que el último suspiro que le quedaba, justo antes de que su boca quedará atrapada para siempre junto con el resto de su cuerpo en esa especie de estatua, le profiriera un te quiero y una sonrisa.

Dicen aquellos que no pudieron conocerla, que ella nunca estuvo en ese mundo, que ella nunca lloró por haberle perdido. Que ella nunca le quiso. Que ella nunca estuvo paseando con él. Que él nunca le hizo sentir única. Que ella nunca perdió la cabeza por él. Que ella no sacó su móvil para utilizar su reflejo y devolverse su propia mirada; y que ella no le abrazó antes de convertirse en piedra. 
Porque sobre todo, ella nunca se quedó junto a él.

Historia:

Medusa convertía en piedra a aquellos que la miraban fijamente a los ojos. 
Era una de las 3 hermanas gorgonas, y la única con serpientes en la cabeza.
Medusa era una hermosa doncella y sacerdotisa del templo de Atenea, pero cuando fue violada por Poseidón en el templo, la enfurecida diosa transformó el hermoso cabello de la joven en serpientes. 
Fue decapitada mientras dormía por el héroe Perseo, que había sido enviado a buscar su cabeza. El héroe mató a Medusa acercándose a ella sin mirarla directamente sino observando el reflejo de la gorgona en el escudo para evitar quedar petrificado.

Lo prometido es deuda, dicen. Y yo tenía pensado escribir algo para el día de halloween. Supongo que no era algo que tenías pensado, la verdad es que prefería usar personajes míticos que escribir una historia de miedo. 
Que como ya sabéis podéis escribirme a justmyimaginacion@gmail.com
Que voy a dejar un par de días más la encuesta para que votéis si alguno aún no lo ha hecho.
Y que me pasaré por vuestros blogs próximamente, pues ya di mi primera pasada hace poco.
Se os quiere y esas cosas.