Para algunos no son más que coincidencias.
Personalmente, creo en el destino.
Cometemos errores, hacemos daño, mejoramos, perfeccionamos y poco a poco, nos moldeamos.
He aprendido que siempre viene algo bueno después de algo malo.
Que el odio y el amor van cogidos de la mano y son amigos, no se atacan.
Gustosamente admito que me he equivocado en demasiadas ocasiones, y lo admito con la cabeza alta y sin sonrojarme.
No me da miedo caer, sé que siempre lograré levantarme.
Me he dado cuenta de que no hay nadie realmente verdadero.
Todo el mundo esconde algo; y aunque eso no sea malo, no dejamos que nos conozcan del todo.
Quizás para protegernos del mundo, quizás para hacernos los interesantes.
Sé que yo lo hago para que nadie me vuelva a hacer daño.
Después de caer cuatro veces con prácticamente la misma piedra, me recreo.
Así que, como un glorioso canto a la libertad, reclamo la felicidad que me pertenece por derecho, por el derecho de haber nacido.
Todo el mundo tendría que tener derecho a la felicidad, aunque en realidad, yo creo que la felicidad es un término muy relativo. Hay gente que lo tiene todo, sin embargo, no es feliz. Hay gente que no tiene nada, y sí que lo es. Y no me estoy refiriendo a que hay gente que tiene mucho dinero pero está solo, y lo contrario... Bueno, supongo que sería un buen motivo para una entrada, quizá dentro de poco haya en mi blog algo en referencia a esto, ¡me has inspirado! jajaja
ResponderEliminarTe espero, Leo :)
http://imaginaydesea.blogspot.com
Jajaja me hace mucha gracia que te haya inspirado yo xDD Sinceramente la felicidad es un motivo para mil y una entradas, y que, como tu dices, hay gente que lo tiene todo y no es feliz, y gente que no tiene nada y si que lo es.
ResponderEliminarGracias por pasarte, y sobre todo por dejar tu pensamiento en un comentario ;)
(K)