21/4/14

The girl behind the mask...


Atención: Este texto ha sido escrito mientras sonaba esta canción (pincha).
Es recomendable que no deje de ponerla mientras lee el fragmento, para así augmentar el efecto de la narración, Gracias.

"La mentira convive con nosotros. Se cuela por los recovecos de nuestra alma. Nos enreda, como la hiedra a la pared."

Nos remontamos al siglo XV, en un viejo establo, donde la madera es carcomida por la humedad y las chinches. Un joven de pelo color azabache, descalzo y vestido con harapos y viejas telas color café, se encuentra barriendo con una escoba la paja extendida en el suelo. Se oye el rechinar de la puerta, y debido al ruido el chico se gira. Al darse la vuelta entra una joven rubia vestida con traje de gala, de un rojo carmín y volantes de un blanco reluciente al final de las mangas. A pesar de los volantes, aún se pueden observar un par de anillos en las manos. Una sonrisa totalmente nítida, cuando la joven entra y acaricia su mano por la mejilla del joven, y a pesar de la mirada extrañada del chico, ella le besa. Desde fuera, la llamada de una amiga de la joven, que se encuentra en un grupo de chicas que por el aspecto tienen la misma edad. Dos de ellas llevan pamelas y los vestidos ceñidos. Una de ellas se abanica con un abanico negro, por lo visto hecho a mano. La chica que la ha llamado, sigue recorriendo su mirada por todos los puestos de ventas.
Mientras tanto, en el establo antiguo, la chica separa su boca del chico para echar la vista hacía la puerta. Sabe que la buscan. Le mira una vez más, antes de separarse y dirigirse a la puerta. Antes de cerrarla, le sonríe de forma pícara, llevándose el dedo índice a la boca. Su pequeño secreto.
Una vez fuera, el chico corre hacía la puerta, y la ve alejarse hacia el grupo de amigas. Puede observar cuatro chicas de clase alta. Dos de ellas con pamelas, la otra, cogerá del brazo a la chica que ha estado llamando y viene corriendo de camino. Él cierra la puerta, y arrastra la espalda por ella hasta caer sentado en el suelo, llevándose las manos a la cabeza. Se toma unos minutos para respirar y no volverse loco. Demasiado tarde supongo, pues decide avanzar con su locura. Se levanta corriendo en dirección a un cubo que aparta de un golpe, y abre una caja que había justo debajo de este. De ella, saca una camisa blanca, y un traje dorado. Con ellos, una máscara gris, que se queda mirando durante un tiempo, antes de coger las cosas y partir.

Mientras tanto, en el ducado de Borgoña, una mujer saluda a los invitados. Estos van subiendo por una escalera bien vestidos y ocultando su identidad con máscaras. Dentro del salón, varios invitados hacen reverencias a su pareja, antes de cogerse y ponerse a bailar.
Por la puerta trasera, un joven de pelo color azabache y vestido de dorado entra corriendo. Al abrir la puerta del salón, varias personas le observan. Desde su posición puede ver a varios duques con sus respectivas máscaras, y a varias chicas abanicándose mientras le sonríen. Intenta cruzar el baile, pero lo ve misión imposible. Una mujer coge de su vestido y hace una genuflexión ante él, y él le devuelve la reverencia. Varias chicas le rodean tirando de él, y él se desprende de su capa dorada, dejando ver las mangas de camisa blanca, y el pecho dorado del traje. Las aparta como puede, observándolas antes de moverse. No es ninguna de ellas. Al fondo, una chica rubia que sujeta con una vara una máscara blanca, le obseva. La máscara lleva una pluma verde y el vestido de dicha chica es azul cielo. Se esconde tras la gente al ver que le ha visto, y él intenta atravesar la multitud. La gente sigue observándole desde detrás sus máscaras. Él consigue atravesar, y le da la vuelta a una chica de vestido azul aguamarina. La coge del brazo, y la estira, llevándola a la sala contigua. La tiene enfrente, y no puede evitar hablar con ella. Ella le manda callar llevándose el dedo a la boca, mirando hacia la puerta, sabiendo que detrás de ella miles de personas podrían adentrarse. Él le niega con la cabeza. Está harto. Quiere conocerla. Ella le repite que no haga ruido.
Fuera, la gente hace filas bailando. Los vestidos de las damas giran al compás de la música, y las máscaras hacen de la velada y el baile una auténtico misterio.


Mientras tanto, dentro, él se quita la máscara, elevando más la voz. Esta harto del juego de la fama, y le grita señalando la puerta. Ella se baja la máscara y sonríe mirándole los labios. Juega con el pañuelo de seda que lleva él en el cuello. Le coge del cuello y le besa. Él se deja besar y ella le coge del pelo. Él le sujeta los hombros, y ella le besa con más fuerza. Ella mira hacía la puerta sonriente, dejando que él le bese el cuello y le pase la mano por debajo del vestido. Justo cuando la mano de él alcanza la liga de su media de seda, ella se aparta rápido cubriéndose la cara con la máscara. Le empuja, y sale corriendo hacia la fiesta. Él sale detrás de ella, varios minutos después, sin la máscara. Intenta volver a atravesar el baile, pero varias chicas irrumpen el paso otra vez. Finalmente consigue alcanzar a la chica de vestido azul claro y le da la vuelta ante la mirada de todos. Está apunto de besarla, cuando un hombre de gafas, vestido de negro seguido de varios hombres los separan. La chica rubia intenta explicarle al hombre de gafas la situación pero este no parece querer oír nada al respecto. A la vez de esto, el resto de hombre de negro, la corte real quizás, tienen cogido al chico por los dos brazos, y le estiran escaleras abajo a pesar de su resistencia.

Encadenado varias horas, no podía olvidar la mirada debajo de esa máscara, el peligro de sus ojos y el misterio que escondían. Solo quería conocerla, una oportunidad para sentirla junto a su piel. Estaba confuso, necesitaba saber que sentía ella en todo esto.
Conducido por dos hombres de negro, en plena luz de la noche, donde la luna formaba parte de los testigos que tenían que asistir junto a cinco hombres más, entre ellos el de gafas justo al lado de la chica rubia de vestido azul, veían como dejaban caer al chico frente a un tronco y manos encadenadas a la espalda. Él tenía la mirada puesta en ella, y oía aún la música del baile de dentro. La veía llorar, pero él solo le sonreía. Bajo la cabeza hasta apoyarla en el tronco, mientras ella intentaba apartarse de allí y el hombre de gafas no la soltaba, la sujetaba, para que estuviera presente. Él, pronunció ''chica de debajo de la máscara, nuestro amor fue una farsa pues nadie podía ganar mas por ti hubiera dado mi vida, nunca lo olvides jamás''

Y sin mucho tiempo después de esa frase, el filo de un hacha de un verdugo bajaba a toda velocidad.

Porque quizás el amor se sentía tan rápido como ese filo de un hacha. Que quizás nosotros nos escondíamos de él bajo una máscara como los invitados en el baile. Que quizás todo era una simple mentira, o un juego de fingir ser quien no eras. 
O quizás, solo quizás, el amor eran esos ojos tras la máscara, que lo veían y lo sabían todo, pero que fuera como fuera, tú tenías que arriesgarte para descubrirlos.

Buenas a todos, tras pensar como iba a empezar esto después de tanto tiempo, no se me ha ocurrido otra cosa que empezar por daros las gracias. Primero de todo, por esos 10 comentarios de mi entrada On the boulevard of broken dreams. Escribí esa entrada sin intención de que tuviera tanta repercusión. Estaba en un mal momento de mi vida, y aunque no diga que lo haya superado, me alegró muchísimo leer vuestras opiniones, y saber que no soy el único agobiado con todo esto. Así que para empezar, muchísimas gracias por eso.

Para continuar, con un par de agradecimientos más, como no. En mi última entrada, comentaron 4 personas más. Dos de ellas, seguidoras fieles de mi blog según mi punto de vista, Leo Presumida y G. , no sé como agradeceros que siempre paséis por aquí, de verdad. Mil gracias por todo.
Las otras dos, llegaron hace poco, pero me comentaron en momentos muy duros para mi, por eso quiero agradecer también a Ana Isabel y a Soñadora Compulsiva98. Llegasteis en el peor momento, pero aún así os quedasteis. 

No quiero extenderme mucho más, pues la entrada ya da de extensión por sí sola. Ahora me pasaré por todos vuestros blogs, tened paciencia porque son bastantes, y en esta semana echaré un ojo a todos. 
Respecto a mi siguiente entrada, supongo que la publicaré cuando me venga bien de tiempo, la verdad es que últimamente no tengo mucha idea de cuando, espero que pronto, y sino, habrá que tener paciencia.

Como siempre, mil gracias por todos aquellos que comentáis o me leéis sin comentar, de verdad, os lo agradezco. 

Se os quiere y esas cosas... y se os echaba de menos. 

3 comentarios:

  1. Oish, a ti también se te echaba muchísimo de menos, jope, si es que leerte me ha alegrado la tarde!
    El amor es demasiado complicado como para entenderlo, siempre hay algo que se nos escapa, es tan abstracto que es algo imposible de definir, va más allá de las palabras y los actos.
    Jope, me ha encantado, tenía muchas ganas de leerte, Leo, muchísimas gracias por tu comentario en el blog, de verdad, últimamente cuesta mucho escribir, yo tampoco sé qué me pasa, pero parece ser que mi mente está cogiendo de nuevo el ritmo que necesitaba, menos mal... Son tiempos malos, pero bueno, hay que seguir adelante como sea :)
    ¡Un beso muy muy muuy grande! <3

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  2. Siempre es bueno volver a leerte. Muchas gracias por notarme, porque realmente al igual que supongo que escribes con el animo de ser leído, yo comento con el animo de ser leída, y por que me nace, a veces en tus entradas resulta muy difícil abstenerse de comentar, y la verdad es que no hay razón para que no comente. El final realmente me sorprendió, y prefiero creer que el amor son los ojos que se esconden detrás de la mascara. Bonito relato :)
    Espero que estés muy bien, besos :)

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  3. Me alegro muchísimo leerte de nuevo. Espero que este verano publiques muchísimas más entradas y poder disfrutar de ellas porque (fuera peloteos) el tuyo es uno de mis blogs preferidos y me encanta tu forma de escribir. Enhorabuena también por esta entrada, porque es preciosa y en estos momentos me viene como anillo al dedo, ya que el amor es eso, arriesgar, y puede que yo haya tardado demasiado. En fin, un honor que me hayas nombrado, e insisto, espero que este verano tu musa se pase a saludar y nos sorprendas con textos tan bonitos y llenos de sentimiento.
    Un beso enorme (:

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